Du Tudú: GTD y productividad personal

GTD: Las urgencias también se gestionan

Uno de los puntos que suele provocar resistencia cuando se aprende a implementar GTD son las urgencias. Es uno de esos casos en que surge la frase «es que en mi trabajo yo no puedo hacerlo porque…».


Las urgencias provocan estrés pero, por otro lado, son muy atractivas. Sin el debido control nos hacen trabajar reactivamente, esto es, como surgen y se han de hacer ya no tenemos más remedio que ponernos con ellas. Nos ahorran pensar, pues ¿qué hay que pensar cuando hay un incendio que atender? Y después son una buena excusa, no hemos podido hacer otras cosas porque ha pasado por delante esta otra urgencia y…
No voy a decir que las urgencias no existan, que las hay (aunque también hay otros comportamientos disfrazados de urgencias),  pero sí hemos de saber procesarlas, incluso por hacerlas mejor.
Sin GTD:

Como decíamos antes, fácil, ¿no? Si es una cosa que corre tanta prisa, para qué darle más vueltas? Pero el hecho de no procesar la conversación con el compañero hace que nos saltemos todo el contexto de la situación. Veamos qué sucede al aplicar GTD:

 

Como ves, al contextualizar la petición de tu compañero la urgencia ya no es tan evidente. Aparecen resistencias, flecos, cambios de prioridad, etc. Y es lógico, él no sabe de tu trabajo ni los pasos que necesitas para darle respuesta. Pero para eso estás tú, para tomar las riendas de tu propio trabajo y responder adecuadamente.

Fotografía: William Iven

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