Du Tudú: GTD y productividad personal

Los descansos para mejorar tu productividad

En tus hábitos, tus trucos y tus estrategias para ser una persona productiva seguro que has incluido rutinas, optimizaciones, software y sistemas de gestión. Pero ¿has tenido en cuenta también los descansos?

Descansar es una parte importante de tus hábitos de productividad. El descanso afecta a tu productividad, a tu capacidad de concentración, de atención y de pensar; a tu rendimiento en general. Es tan importante tener claras las acciones que tienes que hacer como lo es descansar adecuadamente.

En en el trabajo

¿Cuál es tiempo máximo que puedes estar concentrado? No hay una respuesta exacta para esto, porque depende de muchos factores: el esfuerzo que requiera la tarea, la motivación, el entorno, el tipo de tarea, etc. Pero sí sabemos por la experiencia que desde que empezamos a trabajar hasta que acabamos, nuestra capacidad de atención cambia, cada vez va a menos a no ser que hagamos una pausa (vayamos a comer, tomemos un café, etc).

En situaciones extremas y puntuales incluso podemos dar un poco más de nosotros mismos (un trabajo que se tenga que entregar al día siguiente, por ejemplo), pero después de esa tarea tan urgente seremos incapaces de concentrarnos en nada más.

Imagínalo como una carrera. Cuando estás en la salida, cuando empiezas a primera hora a trabajar, te sientes fresco, capaz de hacer toda la carrera de un tirón. Suena el disparo de salida y haces los primeros 100 metros a tope, tu primera tarea del día. Esto es perfecto si sólo tienes una carrera hoy, pero al cabo del día tenemos muchas tareas que correr. Así que si nos vamos directamente a una segunda carrera, sin tiempo a celebrar la primera ni descansar, es poco probable que demos el 100%. Imagínate cuando llegues a la cuarta carrera.

Por el contrario, el corredor que descansa entre carrera y carrera tiene más posibilidades de recuperar energías y rendir en cada prueba. Eso es lo que debes hacer tú también. Hacer descansos te ayudará a despejar la mente y liberar tensión.

Además, estos pequeños descansos de 3 o 4 minutos te aportan otros beneficios: mientras trabajas estás más por hacer que por pensar; durante un descanso puedes pensar, y eso te ayudará a desbloquear ese problema con el que te has encontrado cuando estabas frente a la mesa.

Mientras descansas aprovechas para recordar lo que has hecho, pensar en lo que te falta, y prepararte mentalmente para los próximos pasos que tienes que dar en cuanto llegues a tu lugar de trabajo.

Si tienes dificultad para decidir cuando darte un descanso, puedes usar la técnica de las cajas de tiempo o de su popular variación técnica pomodoro. Puedes ajustar los tiempos de las cajas a la tarea que vas a realiazar.

Después del trabajo

El descanso no incluye sólo la parte en la que estás en la oficina o con tus proyectos. En tu día a día has de dejar tiempo para olvidarte del trabajo y descansar por completo. Si no lo haces, si estás continuamente trabajando o pensando en lo que te espera en el correo electrónico, estás ignorando otras cosas que también son importantes para ti: la familia, los amigos, tus aficiones…

Otra razón importante para descansar es que necesitamos usar la mente para otros menesteres: pensar en tus cosas (o incluso en las del trabajo; si estás todo el día trabajando, ¿cuándo te dedicas a pensar?), al ocio (leer, escribir, ir al cine), a ver lo que pasa más allá de nuestras tareas diarias. No es sólo por distraernos que necesitamos estos descansos, sino que necesitamos pensar y percibir nuevas cosas para que nuestra cabeza genere nuevas ideas.

Fotografía: A Girl Who Looks Like Cory Kennedy por foundphotoslj

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