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Superar las dudas


Últimamente escribo artículos entre medianos y largos. Hoy probablemente me saldrá uno más corto. La realidad manda y he de repartir mi atención en otras cosas.

Estoy metido en un proyecto que me pide trabajo. Tiene mucha parte de aprendizaje, y eso es algo que va con mi propósito. También tiene mucho de desconocido para mí: una parte comercial, habilidades de comunicación que no suelo practicar, parte de gestiones, y otros.

Acepté el proyecto a sabiendas de que me iba a costar, así que no me puedo hacer el sorprendido. Tengo momentos de nervios y de duda. A veces creo que va todo sobre ruedas, a veces sucede algo y me da la impresión de que estoy como en el día cero.

Suerte tengo de tener un sistema de productividad:

  • Capturo esas dudas para asegurarme de que las voy a tratar en algún momento. Por lo menos sabré cuáles son esas incógnitas. Confío en que una vez capturadas ya empiezan a estar bajo control. ¿Os imagináis vivir con esas dudas, no solo apareciendo continuamente, sino con el miedo a que se me olviden y se conviertan en un monstruo? No quiero ni imaginarlo.
  • Aclaro qué hacer con ellas y cómo convertirlas en resultados positivos. Para mí estos temas son complejos por el desconocimiento, y es posible que no consiga solucionar las dudas en un solo paso. No hay problema, no tengo por qué hacer el camino yo solo: puedo consultar a amigos, compañeros, familia o un especialista (como un gestor). Sea como sea, empiezo a dar pasos para solucionar el tema, y tomo la responsabilidad de resolverlo. Podría dejar que cayera por su propio peso, pero ¿cómo de mal lo pasaría no teniendo yo el control?
  • Organizo toda la información, tanto la que sí tengo como los huecos que dejan la que no tengo.
  • Reflexiono sobre lo que quiero conseguir. Como te decía antes, sabía dónde me estaba metiendo. Aún así, a veces el duendecillo de la conciencia flojea y se pregunta si no es más fácil dejarlo todo. Pero pensar en para qué haces las cosas te hace ver todo con otra perspectiva. Cuando paso mis miedos por el filtro del propósito los reencuadro de dos formas: en el valor que puedo ofrecer a los demás y el valor que me aporta a mí finalizar el proyecto.
  • Ejecuto lo que esté en mi mano para avanzar. Nada se hace solo pensando, sin actuar. Y con tantas dudas hay mucho que hacer para disiparlas. De ahí el escoger a qué dedico mi trabajo.

No quiero engañar a nadie, seguir estos pasos no son como tomar una droga que quite automáticamente el 100% de las sensaciones negativas. Hay algunas que tienen que ver con respuestas inconscientes del cuerpo y la mente, y no se pueden anular fácilmente. Pero evitamos mucho estrés del que se podría generar. Y del reso, se puede paliar su efecto, se pueden aceptar, se les puede dar sentido y se pueden superar para alcanzar los retos que nos propongamos.

Fotografía de Ian Schneider

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  • Hola Daniel,

    Estupendo post. Totalmente de acuerdo contigo en que es mejor capturar esas dudas, para poder aclararlas y tenerlas bajo control. En caso contrario, en un proyecto de ese tipo seguro que estarían dando vueltas por la cabeza todo el día, como bien comentas. Y qué decir de organizar la información disponible y la que nos hace falta, pero aun no conocemos. En fin, estupendo ejemplo de cómo aplicar las cinco fases, a las dudas y la toma de decisiones. Me gusta mucho la frase «Cuando paso mis miedos por el filtro del propósito…»
    Enhorabuena por el post!


  • Buenas Daniel,

    ¡Enhorabuena por el post!

    Muy necesario el liberar la mente soltando todas esas preguntas y dudas que te rondan por la cabeza. Ya las tratarás en su debido momento.

    Sabes desde el primer momento en qué te estás metiendo, y aunque haya mucha carga de trabajo, al ir ligado con tu propósito no debería de haber mayores problemas. Lo importante, es tenerlo todo bajo control y que no entre el pánico.

    Coincido con Pablo en la genialidad de la frase «Cuando paso mis miedos por el filtro del propósito…». Habría que aplicarlo en cada momento que surge una duda o miedo.

    Un abrazo


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